La predisposición del receptor puede hacer que una simple palabra sirva para manipular la información que recibe
La manipulación de la información es una situación más frecuente de lo que pensamos. El sesgo en la información (sea este intencionado o no) está a menudo relacionado con las actitudes, creencias y conocimientos de los potenciales destinatarios.
Técnicas de medios tradicionales
La manipulación de las personas a través del sesgo en la información tiene muchas variables en las que apoyarse. No nos pararemos a hacer un análisis detallado de ellas; seguro que a cada uno de nosotros se nos ocurren múltiples formas.
Sin embargo, no está de más, recoger, aunque sea de forma enumerativa, algunas de las técnicas que en ocasiones se utilizan para condicionar nuestras opiniones o creencias, sobre todo en redes sociales. Entre ellas se encuentran:
- Utilizar, o no, determinados detalles de la información. Se pueden dar detalles de una historia e ignorar otros. La información parcial conduce habitualmente a conclusiones sesgadas. No en vano, detectar las omisiones no es una tarea sencilla. Las omisiones solo son identificables cuando se contrastan con otras versiones de la misma información.
- Posicionamiento o lugar de publicación. Por ejemplo, no es lo mismo incluir una noticia en la sección de sucesos que en la sección financiera; de igual manera que no es lo mismo poner un determinado tag a un tuit o una entrada en Instagram, una Web o un blog donde el servicio de posicionamiento SEO permite ganar protagonismo.
- Uso de titulares. Los titulares son lo más leído por cualquier persona, por tanto, puede estar sujeto a importantes sesgos. La forma de resumir una noticia en un titular puede incluir múltiples maneras de manipulación que conducen a caminos que van desde el sensacionalismo a la irrelevancia de la información.
- Imágenes o videos sesgados. Las imágenes suelen ser un recurso muy utilizado cuando se quiere inducir un determinado sesgo a la información. Se pueden elegir imágenes de forma que dirijan la opinión del destinatario hacia un camino determinado; una opinión que afecta a los hechos narrados o las personas que aparecen en las imágenes.
- Referencias a la fuente. La fuente de información juega un papel doble en el sesgo: por una parte, porque la propia fuente tiende a dar su interpretación de una información; por otra, porque la fuente puede tener cierta capacidad de influencia en el lector, por propia credibilidad, a la hora a asumir la veracidad de la narrativa.
- Falsa imagen de equidistancia. En ocasiones se muestran dos versiones de una misma información de forma contrapuesta de manera que una de ellas resulta más creíble que otra. La elección de las contraposiciones elegidas juega un papel fundamental a la hora de actuar como elemento manipulador en el receptor.
- Uso de datos estadísticos. Siempre se ha dicho que los datos lo soportan todo. Por eso, el uso de los datos para justificar ciertas situaciones puede conducir a conclusiones opuestas y bien argumentadas que son difíciles de contrastar salvo a través de un análisis profundo.
Particularidades de las redes sociales
La verificación de la veracidad de una información no siempre resulta una tarea fácil. Los divulgadores de “fake news”, principalmente en redes sociales, tienden a hacer uso de recursos donde la inmediatez de la distribución juega un papel preponderante.
El objetivo de la manipulación de la información es conseguir un impacto rápido que posteriormente se propague obviando cualquier consideración sobre su veracidad.
Entre los recursos más utilizados para conseguir ese objetivo en redes sociales se encuentran aquellos ya utilizan los medios tradicionales de comunicación, pero amplificados por la diversidad de fuentes de las que parten:
- Ficheros de imágenes o vídeos obsoletos que no corresponden con el momento descrito. Este es un recurso bastante habitual en el que se comprueba que la información presentada no se corresponde con el evento al que se refiere.
- Imágenes que se hacen pasar por una situación que no se corresponde con la descrita. Este es otro escenario bastante habitual en el que la información ya no solo no se corresponde con el momento en que ocurre sino ni siquiera con los hechos que describe.
- La correlación de situaciones persigue establecer una relación entre un contexto y otro a través de comparativas alineadas con el objetivo perseguido. Esto se consigue difuminando el concepto de causalidad. La correlación de dos situaciones normalmente no tiene por qué suponer que existe una relación de causalidad, pero la ambigüedad hace que pueda llegar a asumirse.
- La descalificación o el uso de la parodia de ciertos datos informativos para incidir en aquellos aspectos que pretenden reconducir, con intención de que queden en el subconsciente del destinatario.
Combatir la desinformación
Normalmente se puede combatir la desinformación si seguimos algunas pautas sencillas, aunque no siempre es fácil. Existen algunas reglas para discriminar la veracidad de una información que pasan por las siguientes consideraciones:
- Más información no conduce siempre a estar mejor informado. Las redes sociales son un torrente de fuentes de información, unas veces más fiables que otras. En muchas ocasiones, en las redes sociales suelen aparece noticias sobre hechos que están ocurriendo en un preciso momento, pero hay una inmensa mayoría que son reenvíos o reformulaciones de situaciones que van modificándose hasta hacerse completamente inverificables
- Ir a la fuente original e identificar la manipulación puede ser una buena estrategia. Aunque no siempre es sencillo.
- El alineamiento con las tesis expuestas por determinado tipo de información tiende a actuar como elemento amplificador de las fake news. Una persona con determinadas inclinaciones sociales, políticas o emocionales tiende a creer aquello que se adapta mejor a sus opiniones y a su forma de pensar. Evitar ese tipo de alineamientos implícitos suele ser una buena idea.
- Participar de forma activa en la propagación de noticias dudosas no contribuye más que a su consolidación y por tanto a su éxito como fuente de manipulación. Por eso, ante cualquier mínima duda sobre la veracidad de una información, es preferible no actuar como elemento de difusión.
- La verificación de las imágenes que aparecen en las noticias recibidas suele ser una buena estrategia para comenzar a verificar la veracidad de la información. Buscar en fuentes de imágenes históricas que existen en Internet permitirá acotar el grado de sesgo que la información puede llegar a contener.
- Distinguir un comentario de una descripción puede ser básico a la hora de dar credibilidad a una noticia. En muchas ocasiones, aparecen como hechos verificados manifestaciones que simplemente recogen las opiniones de las personas y que son convertidos de forma automáticas en hechos incuestionados.
- Leer otras fuentes de información, probablemente con opiniones contrapuestas, puede servir para identificar omisiones o diferencias de criterios a la hora de valorar una información. Ese evidente, sin embargo, que el sesgo se encuentra desde la propia selección de los elementos a consultar, por eso resulta muy útil contraponer fuentes que puedan resultar claramente opuestas.
- Y finalmente, conviene preguntarse —desde el máximo nivel de objetividad que sea posible— si la historia narrada tiene sentido y encaja en el contexto donde se plantea. En función de la respuesta podría concluirse si la información se encuentra sesgada o no.
Un ejemplo final
Los ejemplos sobre información falsa que podemos encontrar en los medios de comunicación son numerosos. Para concluir, solo mencionaremos uno ocurrido recientemente y que muestra, de forma si se quiere hasta jocosa, alguna de las características mencionadas.
Hace apenas unos meses, un canal de TV, Channel 13 de Israel, divulgó una noticia relacionada con los ataques a Ucrania utilizando por error un video aparentemente grabado desde un automóvil en el que se mostraba un avión derribado y… soldados… soldados de Star Wars —Stormtroopers— “esperando a ser recogidos por las naves del Imperio Galáctico”.
Si no fuera por lo dramático de la situación resultaría hasta gracioso.